Primero que todo tenemos que decir que la estética como rama filosófica, se encarga de percibir lo bello o lo feo de los objetos. Por tanto podemos decir que esto lo evidenciamos dentro de la misma película “el perfume”, en el momento en que el protagonista contempla el aroma de la belleza de la mujer.
El perfume es uno de los mejores libros escritos por Patrick Sünkind. Aquí relata la vida de un abominable pero genial hombre llamado Jean Baptiste Grenouille, que nació en Francia cerca de la revolución. Este hombre se diferenciaba de las demás personas, porque no poseía un olor propio, pero si un extraordinario olfato.
Jean al aprender a destilar esencias, empieza a obsesionarse tanto con este asunto que empieza a atrapar olores como el del cristal, el cobre, los animales y hasta de las mujeres mas hermosas del país, con el fin de conocer su verdadera esencia. Esto me hace pensar en "la esencia de lo estético" cuando se habla de " la entrega de una vivencia de una estructura psíquica especifica y peculiar", o la búsqueda de un interés o como dice el texto la empatía por el objeto para Grenouille "la búsqueda de la fragancia perfecta”. Este hombre maravilloso pero temible tenía como objetivo dejar de ser invisible ante el mundo, el se sentía sin existencia, por el simple hecho de que no expedía ninguna clase de aroma. Por esta razón, termina convirtiéndose en un asesino serial. Empieza a matar a todas esas doncellas, las cuales encuentra la pizca perfecta para crear su propia fragancia. Pero al final, la muchedumbre termina comiéndose al hombre que los hizo sentir de nuevo lo que es verdaderamente el amor. Me encanta el final, dice así: “Cuando por fin se atrevieron, con disimulo al principio y después con total franqueza, tuvieron que sonreír. Estaban extraordinariamente orgullosos, puesto que por primera vez habían hecho algo por amor”. En conclusión, podemos decir que Jean al obsesionarse tanto por la esencia de las mujeres, cometió muchos asesinatos, con el fin de mantener vivo esa esencia para contemplar su aroma y así seguir satisfaciendo su sentido del olfato.
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